domingo, 28 de septiembre de 2008

Las cosas importantes

Hace tiempo que escuché una antigua leyenda china, que ,como todas las leyendas, tiene una moraleja o enseñanza, un sabio pensamiento que aplicar.
Había un reino, llamémosle Reino del Sur, era rico, su gente trabajadora, y gozaba de una gran prosperidad. Estaba gobernado por un pacífico rey .
Al norte ,existía otro reino, llamémosle Reino del Norte, no era tan rico como el anterior, sus tierras no eran tan fértiles y estaba gobernado por un rey con un poderoso ejército, el cual estaba ansioso de invadir al pacífico y próspero Reino del Sur.
No obstante, entre ambos reinos , una cordillera con altas montañas, impedía al rey del Reino del Norte realizar su propósito de invadir a su vecino.
El rey del Reino del Norte seguía con su plan, de modo que hizo construir en las afueras de la capital del reino una estatua de un buey y a su alrededor dejó unas piezas de oro con forma de excrementos. A continuación, divulgó la noticia de la existencia de un buey que excretaba oro. La noticia llegó al Reino del Sur y , por supuesto, a su rey.
Cuando el rey del Reino del Norte se hubo asegurado de que el “milagro” del buey que excretaba oro fuese ampliamente conocido, mandó mensajeros al rey del Reino del Sur, confirmándole su amistad y ofreciéndole como regalo el buey.
El rey del Reino del Sur agradecido aceptó el regalo y como era necesario trasladar la estatua del buey a través de las montañas mandó construir un amplio camino que llegaba hasta el Norte, con la firme esperanza de así podría traer al buey.

Finalmente el camino quedó acabado pero los que pasaron por él fueron los ejércitos del Reino del Norte con su rey , de modo que conquistaron el Reino del Sur y asesinaron a su rey.

¿La moraleja ? “ Quien se encanta con las cosas pequeñas ,pierde las grandes”.

Así suele pasar en la vida, sabemos las cosas importantes pero , a veces nos encantamos con las cosas pequeñas, las cuales , a menudo , no son reales ,como el buey que excretaba oro, y mientras que vivimos esa irrealidad o esas cosas sin importancia… corremos el peligro de perder las grandes,

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