La educación y la familia

'Los niños son más agresivos cuanto más tiempo pasan en guarderías', afirma J. Belsky, director del 'Institute for the Study of Children' de la Universidad de Londres.
El contenido de la entrevista, publicado en un periódico de tirada nacional, debería hacer pensar en qué es la familia, qué función pedagógica tiene y en cómo los centros de “ aparcamiento” de niños .llamados escuelas, afectan a su salud mental y a su desarrollo.
Sus afirmaciones de que los niños que van a la guardería desde muy pequeños son más agresivos y desobedientes que aquellos a los que sus madres cuidan en casa , y de que cuanto más va el niño a la guardería, más agresivo se vuelve, permiten derivar conclusiones positivas a favor del cuidado de la familia en los primeros años de vida del niño.
La familia es el núcleo básico de la comunidad humana, lo forman un hombre, una mujer y unos hijos en una unidad afectiva que , como escribía el pedagogo alemán Jonas Cohn “ tienen elementos instintivos naturales junto a una resolución autónoma de la voluntad”.
La familia , que incluía también a los abuelos antes de la creación de los modernos “ aparcamientos para viejos” llamados “residencias de la tercera edad” de forma eufemística, era la que imprimía un sello indeleble e imborrable en el niño. Lo “educaba” en el amplio sentido de esta palabra , dándole equilibrio, sentido de afecto y seguridad.
Con el tiempo la familia ha ido cediendo sus derechos pedagógicos al Estado y a otras instituciones, las causas primeras fueron las necesidades económicas pero luego se han ido añadiendo dejadez, sentido de la comodidad por el cual, muchos padres tienen a sus hijos como mascotas a los que sacar el fin de semana y presumir de ellos mientras que entre semana apenas le dan atención emocional. Del mismo modo, el materialismo imperante en la sociedad de hoy y una falta de valores han contribuido al abandono de la tarea educativa que la familia debe tener.
No sorprende, pues, el aumento de la hiperactividad e ,incluso violencia infantil, que va aumentando en la adolescencia. Por tanto cuando miramos el fracaso escolar, estamos observando el fracaso de la familia y el fracaso de una sociedad entera en su tarea educadora.